Muérete, viejo

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Taro Aso, Ministro japonés de Finanzas, pidió hace unos días a las personas mayores “que se den prisa en morir”, por considerar que son culpables de los altos gastos sanitarios.

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Para más inri, él, con 72 tacos muy bien llevados, comentó en una reunión del Consejo Nacional de Seguridad Social “Yo me despertaría sintiéndome mal si sé que el tratamiento está pagado por el Gobierno”. Japón es el país más envejecido del mundo. Un 25% de su población está por encima de los 60 años, por lo que el Gobierno “conservador” ha tenido que aumentar un 10% los impuestos sobre el consumo.

 

A Japón le pasa lo mismo que al mundo entero, sin estar España exenta. Nos han vendido el tópico de que hay mucha gente y lo que hay son pocos jóvenes. Las cuentas públicas no pueden cuadrar: más pensiones, más gastos sanitarios, más impuestos,…es un sinvivir sin que  nadie se quiera morir. Cabemos muchos más en el planeta Tierra y podemos sacar muy buenos frutos, pero eso no es posible sin jóvenes contribuyentes que sostengan a los mayores. Los mayores viven más, no nacen niños y a los pocos que trabajan, se les explota en las empresas con horas extras, que no cotizan a la seguridad social. La solidaridad en estos momentos es cumplir estrictamente con el horario, haciendo las horas que a cada uno le correspondan y no más. Si a la empresa no les basta, que contraten más personal. En estos momentos de crisis es una vergüenza los beneficios que algunas cantan a costa del personal. Más cotizantes generan más dinero para la seguridad social y más dinero para pagar los gastos que generan los que ya han dado todo en su vida y para los que nos reemplazarán. No es que seamos muchos en este planeta, al revés, cuantos más mejor, pero no con una pirámide demográfica invertida como hay ahora. No hay reemplazo y ese es el problema: no tenemos hijos, sino que los matamos abortando.

Rosalía Cortés

Afiliada al Partido Familia y Vida

Palma de Mallorca, Baleares

2 comentarios en “Muérete, viejo”

  1. Considerar que la rentabilidad de la persona se basa en generar riqueza económica es una falacia. Las personas mayores que han dado nuestra a lo largo de su VIDA de un buen sentido común, saber estar y educar, son los referentes que necesitamos y de los que tenemos mucho que aprender. Solo cuando hayamos asimilado su conocimiento, podrán dejarnos con la alegría de saber que podemos construir un mundo mejor para nuestros sucecores.

  2. Bueno, al menos los ancianos tienen voto, y no se atreven. Tras cargarse a la familia, verdadera estructura solidaria por naturaleza, ahora la Seguridad Social redistributiva empieza resquebrajarse y la única alternativa parece que serán aseguramientos voluntarios.

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