ESPAÑA PIERDE POSICIONES EN COMPETITIVIDAD

España ha perdido una posición respecto el año pasado. El ránking de este año es encabezado por Estados Unidos. Venezuela, sumida en una grave crisis económica y política, se encuentra entre los últimos países

El ránking de competitividad publicado por el Foro Económico Mundial (FEM) ha registrado una pérdida de posicionamiento de España. Mediante el análisis de 98 indicadores, España se posiciona en el puesto 26, dos por delante de China, mientras EEUU ocupa el primer lugar, cuya economía es presentada en el informe como “el ideal de competitividad”, seguido de Singapur, Alemania, Suiza y Japón en los cinco primeros lugares.

“Diez años después de la crisis, la economía se ha recuperado, pero hay una fragilidad que persiste“, dijo en la presentación del informe el investigador del FEM y uno de los autores del informe, Thierry Geiser.

España consigue 100 puntos en capital humano, concretamente en el indicador de salud de su población, pero sólo 71 cuando se trata de educación y competencia (dentro de la misma categoría). Donde también destaca es en infraestructuras (89) y estabilidad macroeconómica (90), mientras que sus puntos más débiles están en el mercado interno y el mercado laboral.

competitividad

Ránking de competitividad 2018. Datos: FEM. Fuente: elaboración propia.

 

Los cinco países que lideran la lista, en orden ascendente, son Japón (con 82,5 puntos), Suiza (82,6), Alemania (82,8), Singapur (83,5) y, en primer lugar, los Estados Unidos de América (85,6). España, que ha perdido posiciones a pesar de aumentar en 0,4 puntos respecto al año pasado, se encuentra en la posición 26.

Por desgracia, entre los últimos 140 países de la lista se encuentra Venezuela. Sumida en una crisis inflacionista de grandes proporciones, el país ocupa la posición 127. Estados como los de Zimbawe o Malawi ostentan de una puntuación similar.

El indicador relativo a las instituciones es en el que España tiene más margen para mejorar y más concretamente en el subindicador que mide la orientación de las políticas a futuro. Para ello se defiende la necesidad de políticas redistributivas y de protección, de invertir en el capital humano (salud y educación, principalmente) y de privilegiar políticas fiscales progresivas, “lo cual no tiene porque comprometer los niveles de competitividad de una economía”.

La tecnología no es un remedio milagroso. Los países deben invertir en su gente y en las instituciones para poder recibir los beneficios de la tecnología”, señaló una directiva del FEM, Saadia Zahidi. “No podemos poner demasiada fe en la tecnología, que es importante, pero no compensa una situación de mala gobernabilidad o de corrupción”, comentó.

POR FORUM LIBERTAS

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