El 10-6-2016 la Vanguardia informó: “La ONU urge a Irlanda a reformar su “cruel y degradante” ley del aborto”. El comité de Derechos Humanos de la ONU dice que aquella ley “somete a las mujeres a un trato discriminatorio, cruel y degradante” y que debe ser modificada inmediatamente en casos de enfermedades y anomalías que impidan la supervivencia del feto. La ley irlandesa solo permite el aborto en los casos en que la vida de la mujer corre peligro.
Llama la atención que el comité de Derechos Humanos de la ONU se movilice contra una ley porque no permite que se mate al hijo/a que tiene una enfermedad que le impedirá la supervivencia fuera del útero materno, y que no se movilice contra un montón de leyes a lo largo y ancho del mundo que permiten matar indiscriminadamente y con una crueldad inhumana, por descuartizamiento o envenenamiento (etc.) a más de cien mil fetos humanos en España, a millones en toda Europa, y a decenas de millones en todo el mundo, cada año. ¿Cómo es posible esta discriminación y insensibilidad cruel hacia los seres humanos más inocentes, débiles e indefensos?
Y ¿cómo es posible un auténtico progreso moral, cómo es la sensibilidad cada vez más acentuada hacia los animales (toros, grandes simios, etc.), y al mismo tiempo haya una degradación moral gigantesca hacia aquellos pequeños seres humanos, para los cuales se reclama el derecho a matar-les y, además, a cargo del Estado, el cual, de esta manera financia y garantiza un auténtico crimen organizado contra la humanidad?
Y ¿cómo puede ser que el progreso moral que significó la lucha contra la pena de muerte respecto de los autores de los delitos más graves haya quedado sepultado en relación a la pena de muerte, sin compasión ni defensa, hacia los humanos más inocentes? ¿Dónde están muchos de los que defendían la abolición de la pena de muerte respecto de los culpables, y que callan –y otorgan- la pena de muerte hacia los más inocentes?
Lo que exige la racionalidad y la humanidad es no sólo impedir la muerte del hijo/a, sino también una acción social y política de apoyo a la mujer, y que la Sociedad y el Estado en su conjunto apoyen al hijo y a la madre, y no le exija a ésta cargar con todas les consecuencias de un embarazo no deseado, pero no a costa de la vida del hijo/a. Por esto la ONU y su Comité de Derechos Humanos habría de reclamar de todos los Estados y de la Comunidad Internacional una política y unas leyes a favor de la humanidad y de la vida de todos los seres humanos, y no cargar contra uno de los países que intentan hacer lo que pueden para ayudar no solo al hijo/a, sino también a la madre.
Pau Sanfeliu Arboix, (BARCELONA)
Según voy leyendo en estos documentos de Familia y vida me estoy cuestionando que clase de sociedad vamos construyendo. Una sociedad que promueve el aborto y al mismo tiempo fomenta, o trata de fomentar la natalidad debido al llamado invierno demográfico por la escasez de niños y jóvenes que aseguren el futuro de la sociedad…me parece realmente que el ser humano en este tiempo está en una de sus peores circunstancias y que el futuro va a ser muy, muy difícil ya que los errores siempre se pagan, y el error de no tener hijos es muy grave ya que los ancianos quedan solos y desprotegidos y las sociedades, al no renovarse mueren y desaparecen. En fin, veo claramente que se debe defender la familia natural y dejarse de tonterías de grupos de gays y lesbianas,ideologias de genero, degeneradas, que no sirven más que para destruir la marcha normal de la convivencia social y de la cadena de las generaciones.
Sin duda ninguna estamos metidos en problemas muy serios a causa de un antihumanismo demencial.