Los seres humanos son sociables por naturaleza, y la institución social del matrimonio es un bien humano muy profundo. El matrimonio es una matriz de relaciones humanas arraigada en la complementariedad sexual y en las posibilidades de procrear, y en la necesidad de los niños de tener unos padres que lo alimenten y los eduquen. Crea vínculos evidentes de paternidad y pertenencia, vínculos de identidad, parentesco, e independencia y responsabilidad mutua. Estos lazos de fidelidad tienen una finalidad pública crucial, así es necesario y conveniente que el Estado reconozca y fomente el matrimonio tanto en el ámbito de la ley como en las políticas públicas. Por eso mismo, no debe sorprendernos que el matrimonio se apruebe y se promueva públicamente en casi todas las sociedades conocidas, y a menudo se solemnice mediante rituales religiosos y culturales. Las ciencias biológicas y sociales actuales sólo afirman en este campo que los beneficios del matrimonio son un bien humano que concuerda con nuestra naturaleza como seres sociales y sexualmente activos.
Matrimonio y bien común: los diez principios de Princeton.
Por Social Trends Institute, Barcelona-Enero de 2007