Cuando en los medios de comunicación vemos tantas manifestaciones a favor del aborto, siento una gran tristeza y observando el rostro furioso de los que gritan pidiendo la muerte de miles y miles de niños inocentes se me estremece el corazón. No es posible que estas personas sepan lo que hacen. Una madre que acababa de abortar, vio el cuerpecito de su hijo que previamente se había seccionado para arrancarlo del útero materno, y por olvido sus miembros ensangrentados estaban esparcidos encima la mesita del quirófano (procedimiento del legrado). Esta pobre mujer jamás podrá borrar de su mente esta terrible imagen. Otros bebés son eliminados por el método de intoxicación salina: el niño resulta quemado con grandes lesiones provocadas en sus delicados tejidos por la sal… En las clínicas abortivas, el destino final de estos niños abortados es ser depositados en un cubo de basura. Tengo la fotografía de uno de estos cubos llenos de bebés completamente formados en el cual puede verse la carita de uno de ellos con los ojos abiertos, y al pie de la misma se lee: “Niña abortada a la que se le dejó morir, sus ojos abiertos miran con horror a la humanidad que somos capaces de practicar o tolerar tales crímenes”.
Las madres que tengan problemas para acoger la llegada de un nuevo hijo, que no obten por matarlo en sus propias entrañas, acudan a “RED -MADRE “ tf. 902188988. Aquí les proporcionarán información y ayuda, esperando que el Gobierno pronto haga suya esta misión. Pero no olviden que la mujer embarazada tiene dentro de sí a un ser distinto, que tiene vida propia y que merece vivir como todos los seres humanos.
Mª Rosa Bonals