Lamentamos que desde instituciones públicas no se separe lo público de lo privado y se cargue contra la herencia cristiana de nuestros antepasados, con la promoción del carnaval, que ataca a la sociedad y a la trascendencia de la persona.
Rodeados de desgracias, asesinatos de mujeres, inmigrantes muertos buscando huir de las guerras, tráfico de seres humanos, criaturas abortadas con la promoción de la administración, familias y trabajadores sin tener lo mínimo necesario para vivir con dignidad, víctimas por la permisividad ante el consumo de drogas, pasividad e indiferencia ante los conflictos militares… y ante todos estos horrores la solución es Pan y Circo, el carnaval, que vergüenza, pues digamos, ¡Nada que celebrar!
Increíble