El “feminismo” abortista es radicalmente antifeminista, no solo porque niega la identidad solidaria de la mujer con su hijo/a que implica su maternidad, pues solo la mujer puede ser madre, y el aborto destruye su maternidad, sinó también porque acaba con la vida de los seres humanos más débiles, inocentes e indefensos. Y por ello es radicalmente antihumanista. Y porque las víctimas directas del aborto en el mundo son mayoritariamente fetos femeninos a causa del aborto selectivo antifemenino que se produce y por ello el aborto resulta la acción más nefasta del machismo violento. Y porque utiliza el mismo lenguaje del machismo homicida que dice “la maté porqué era mía” y el abortismo “feminista” dice “aborté porqué mi cuerpo es mio” (pero quien murió fue el hijo o la hija), reduciendo aquel machismo y este “feminismo abortista” a la mujer o al hijo/a a un objeto de su propiedad. Tanto para el machismo homicida como para el “feminismo abortista” sus víctimas son objetos de su propiedad. Pero además el “feminismo abortista” es también radicalmente antifeminista porque quienes más satisfechos se quedan del aborto son los machistas que presionan a la mayoría de las mujeres que abortan para que lo hagan, y los cuales seguramente luego saldrán a manifestarse a favor del aborto porqué así se libran del problema que supondría hacerse cargo del hijo/a que ellos -los machistas abortistas- no quieren asumir en absoluto.
Por todo ello el abortismo no es un feminismo sinó la negación y la muerte del feminismo y su radical deshumanización.
Pau Sanfeliu Arboix
Buenísimo