Una encuesta reciente revelaba que el 65% de los ciudadanos europeos considera que su voz no se escucha en Bruselas. En España la participación en las elecciones europeas ha caído en cada convocatoria desde nuestra adhesión a la UE. Este domingo 25 de mayo se prevé una abstención superior al 50%. Existe un sentimiento de desafección evidente. Esto es un hecho que ninguno de los viejos partidos tiene interés en analizar, debatir y buscar soluciones. El actual modelo de Unión Europea está en crisis. El intento de Constitución se cerró con un sonoro fracaso después de haber sido rechazada por referéndum en varios países. Este domingo los partidos eurocríticos van a ser ampliamente respaldados en la mayoría de países de nuestro entorno. Cada paso que dan las actuales élites se encuentra con la oposición de la ciudadanía, que exige ser responsable de su propio camino. Los pueblos europeos perciben que la actual UE es un entramado burocrático y lejano que se está construyendo a espaldas de las personas y a la medida de un modelo económico injusto. Un modelo que socava el Estado del Bienestar y que acarrea salarios bajos, empleo precario y unas condiciones de vida incompatibles con la conciliación familiar. Europa es muy crítica con la gestión de los grandes partidos. Y no puede decirse que Europa es ‘euroescéptica’. Ésta es una etiqueta que se han inventado los beneficiarios del actual modelo para desprestigiar cualquier voz crítica. Quieren meter en un mismo saco a partidos extremistas con otros tan serios y dispares como el Partido Conservador Británico, el partido pro-vida francés Force Vie o la Liga de las Familias de Polonia. España no puede ser una anomalía en Europa. No puede ser un oasis ni un cortijo de la clase política. Impulso Social aspira a representar a aquellos ciudadanos que se sienten europeos, pero que quieren una Unión Europea con rostro humano, cercana, transparente y con un tamaño reducido, aunque suficiente para garantizar su fortaleza y su eficacia.
Desde Impulso Social queremos reorganizar la Unión Europea en base al fortalecimiento de la soberanía de los Estados, sin imposiciones supranacionales. Queremos recuperar la idea fundacional de una Unión basada en la cooperación y solidaridad entre Estados y la existencia de un Mercado Único. La población europea apoyaba mayoritariamente esa concepción del espacio común antes de emprender el camino hacia el Estado Único. Nosotros queremos que los europeos de España puedan construir un futuro común con los europeos de Holanda o Alemania, pero sin dejar de ser nosotros mismos. Unidad en la diversidad. Ésa es la verdadera riqueza de Europa.
Los viejos partidos y las nuevas marcas de los viejos partidos apoyan sin fisuras el actual modelo y sus déficits. De hecho, los viejos partidos y sus nuevas marcas van a compartir Grupo parlamentario en la Eurocámara. Nosotros desconfiamos del centralismo lejano de Bruselas. El 70% de las normas que rigen nuestras vidas derivan de ahí, pero apenas nos llegan noticias de las iniciativas que se tramitan y de los debates que se generan. Eso permite que el Partido Popular Europeo y los Socialistas europeos voten conjuntamente la mayoría de las normas que emanan de la Eurocámara. Eso permite también que algunos grupos de poder estén convirtiendo la UE en una máquina ideológica que niega las raíces cristianas de Europa, que dicta la agenda progresista a los Estados miembros y financia proyectos que van contra el derecho a la vida, la familia natural, la libertad de educación y el bien común. Para nosotros, estos cuatro principios son irrenunciables.
Si queremos que Europa vuelva a enamorar a los europeos tenemos que acercar al máximo al ciudadano el centro de decisiones y remitir a nivel comunitario las competencias mínimas imprescindibles. Ganaremos en transparencia, eficiencia y control democrático.
También queremos refundar el espíritu de Europa. Queremos poner en el corazón de les políticas económicas la justicia social y la perspectiva familiar. Por eso, desde Impulso Social nos comprometemos a trabajar por unas políticas de empleo que no consideren el mercado de trabajo sólo en términos de producción y competitividad, sino que tengan la dignidad de la persona como centro, a fin de promover el bien común y eliminar la exclusión social. Sólo así podrá Europa mantener la dinámica de la población y fortalecer la cohesión social.
No aceptamos el falso dilema de que tenemos que elegir entre este modelo de Europa o el aislamiento egoísta de cada país. Europa sí, pero no así. Queremos una Europa que exprese la persona, la familia y los pueblos. La Europa de los valores, del trabajo, de la justicia social y de la vida. El próximo domingo 25 tenemos una oportunidad para que Europa vuelva a ser fiel a sí misma. Sólo Impulso Social puede llevar a Bruselas una voz diferente. Con tu apoyo, otra Europa es posible.
Rubén Calvo
Solo con principios se pueden defender la JUSTICIA SOCIAL y EL BIEN COMÚN. Y los principios innegociables son instrumentos adecuados para cambiar la sociedad actual, tanto en lo político como en lo social. Por eso me alegró la unión de los tres partidos PFyV, CTC y AES, por su generosidad y esfuerzo conjuntos.