6 de septiembre de 2024. Por ForumLibertas.com
Las elecciones de Estados Unidos y el impacto de las políticas sobre el aborto, la fe y la ideología de género bajo una hipotética presidencia Harris-Walz
Nuestro tiempo occidental está marcado por la gran abominación y la gran apostasía del Imperium, que rige en la gran mayoría de sus gobiernos. La abominación es la exterminación masiva, en muchos casos eugenésica, de los bebés que han de nacer. La apostasía es el rechazo, en ocasiones virulento, a la fe y a la cultura que nos han construido y cimentan como sociedades. El resultado final de estas dos fuerzas destructoras y sus efectos ramificados y colaterales es nuestra propia destrucción.
Las elecciones en Estados Unidos del próximo mes de noviembre tienen una doble incidencia extraordinaria. Una, porque allí está el centro del Imperium, y la otra, porque nunca como ahora se juega la batalla de la gran abominación, ya que así lo quieren los Demócratas. Una hipotética presidencia de Harris-Walz sería radical en políticas de aborto y de ideología, además de ser especialmente beligerante hacia las instituciones y políticas basadas en la fe.
En una entrevista con la CNN el 24 de julio, la senadora demócrata de Massachusetts, Elizabeth Warren, declaró que el «mayor logro» de Kamala Harris como vicepresidenta ha sido «la forma en que ha reunido a las mujeres en todo el país sobre el tema del aborto, y simplemente lo llevó a casa». Harris fue «la primera vicepresidenta en la historia en visitar una clínica de abortos. ¡Ve a por ellos!», exclamó efusivamente. Este es el perfil predominante del posible próximo presidente de Estados Unidos.
Warren aludió: «Harris emprendió en enero de 2024 la ‘Gira por la Libertad Reproductiva‘, que incluyó una parada en una fábrica de abortos de Planned Parenthood en Minnesota, el estado del que es gobernador Walz, y visitó el centro en su compañía». La buena sintonía entre ambos no es reciente y tiene un denominador común claro, pues el historial sobre el aborto de Tim Walz es aún más extremo que el de Harris.
En el anuncio de su gira, Harris se quejó de los «extremistas» que «libran un ataque total contra las libertades ganadas con tanto esfuerzo». Ha abogado por el uso de la Ley de Tratamiento Médico de Emergencia y Trabajo Activo de 1986 para obligar a los hospitales a practicar abortos en estados donde el aborto ha sido regulado o prohibido. Harris ha imitado la repetida afirmación del presidente Biden de que el Partido Demócrata quiere «codificar» Roe v. Wade, amenazando con usar el poder federal para evitar que los estados protejan la vida humana no nacida. En Pensilvania, afirmó que las leyes que protegen la vida no nacida son «inmorales».
Tim Walz no ha estado menos comprometido con la gran abominación. En enero de 2023, firmó la ley de aborto sin límite en Minnesota, y se jactó en la ceremonia de firma: «Somos el primer estado en tomar medidas legislativas para poner en marcha estas protecciones» tras la decisión de Dobbs. Ninguna ley de aborto podría ser más extrema que la de Minnesota, ya que permite el aborto en todas las etapas del embarazo por cualquier motivo o sin motivo.
Además, en mayo de 2023, Walz firmó un proyecto de ley polémico por un cambio en el lenguaje. Ahora, el personal médico de un aborto fallido solo está obligado a «cuidar al bebé que nace vivo» y se ha suprimido la anterior obligación de preservar su “vida y salud».
El secretario de Transporte, Pete Buttigieg, se ha unido al coro del fervor por la abominación de los Demócratas: está «muy contento» de que el aborto sea el tema de su campaña. «Los hombres son más libres en un país donde tenemos un presidente que defiende el acceso al aborto». Es una interpretación interesante, dado que Buttigieg es homosexual público y militante, y difícilmente asociará su libertad a la relación sexual con una mujer. También porque hace aflorar una verdad molesta: el verdadero beneficiario del aborto masivo es el hombre de relaciones sexuales fugaces, porque así, de entrada, ya sabe que un “aquí te pillo, aquí te mato” no le generará responsabilidades. Buttigieg se atreve a decir lo que piensan muchos hombres heterosexuales. En esto, como apuntaba First Things sobre Humanae Vitae, es también una denuncia profética.
Un detalle nada menor de la deriva Demócrata anti-vida: Planned Parenthood, una entidad que tiene una larga historia abominable, ofrecía abortos y vasectomías gratis en la Convención Nacional Demócrata.
En Estados Unidos se habla, además, como crítica al aborto, de su crisis de fertilidad. Su tasa de fecundidad fue de 1,62 nacimientos por mujer, por debajo de la tasa de reemplazo de 2,1. Es la más baja registrada desde que existen datos. ¿Qué pensarían si se refirieran a España, con una tasa de 1,2 y una abominación igualmente masiva?
La ideología queer y su traducción en las políticas trans también tendrían una gran acogida si gana el tándem Harris-Walz.
Como gobernador de Minnesota, Walz firmó una orden ejecutiva que impedía a los psiquiatras, psicólogos y otros profesionales de la salud mental y del comportamiento practicar la medicina, bajo el subterfugio de prohibir la «terapia de conversión». En lugar de explorar las causas de la disforia de género, los profesionales de la salud de Minnesota deben aceptar el autodiagnóstico de adolescentes y jóvenes. Claro que eso es lo mismo que ha hecho el Tribunal Constitucional en España, y se ha quedado tan ancho. En verdad, sin ánimo de molestar, su presidente, en algunas fotografías, ofrece un cierto aspecto mefistofélico.
En abril de 2023, Walz firmó un proyecto de ley que convertía a Minnesota en un estado de «refugio trans». Los médicos de Minnesota pueden realizar cirugías de mutilación en menores de fuera del estado y administrar bloqueadores de la pubertad y terapia hormonal cruzada. En las escuelas de aquel estado se refieren a los «estudiantes que menstrúan».
Ah, y por descontado, seguirán y crecerá el apoyo a las guerras de Ucrania e Israel, si no nos lían en alguna más, como es propio de los últimos presidentes demócratas. Obama, insólito premio Nobel de la Paz, estaba en tres guerras cuando le concedieron el galardón. Los demócratas las abren, los republicanos, por una u otra vía, las cierran: Nixon con Vietnam, Reagan con la Gran Guerra Fría, Trump pactando el fin de la de Afganistán, que Biden desprestigió en una insólita y ridícula retirada. Si en Europa queremos riesgo de bomba nuclear táctica de Moscú, no lo dudes, vota, si puedes, Harris-Walz.