El proceso que ha conducido a esta situación no nace ahora. Empezó con Zapatero y la Gran Alianza entre el capitalismo globalizado liberal no perfeccionista y el progresismo cosmopolita postsocialista, unidos por las políticas del hedonismo del deseo, que tiene como máximo aglutinante la ideología de género.
Esta ley trans sitúa la ruptura antropológica en un estadio superior al que se inició con la Ley Integral de Protección contra la Violencia de Género del 2004. Con la excusa de proteger a la mujer se legalizó la concepción teórica de la perspectiva de género sobre la existencia de una estructura patriarcal, formada por los hombres que actúa contra las mujeres por el simple hecho de serlo, y que permite castigar más a los hombres que a las mujeres en igualdad de delitos, en razón de su condición de ser hombre.
Siguió con la ley del divorcio instantáneo, que podría producirse a los 3 meses de casados sin necesidad de alegar causa alguna (julio 2005), y que transformó el contrato matrimonial en nada, porque es el único vínculo que no exige razón ni responsabilidad a quién lo rompe.
Siguió aquel mismo año con la modificación del Código Civil qué legalizaba el matrimonio homosexual y la adopción. Lo hacían, además, eliminando las calificaciones de hombre y mujer de padre y madre del Código Civil, sustituyéndolas por las de cónyuge y progenitores. Este cambio significaba el principio de la destrucción del hombre y de la mujer, de la paternidad y la maternidad, en nuestras leyes, y en consecuencia en nuestra cultura y mentalidad.
En el año 2006 se aprobó la fecundación asistida sin ningún tipo de limitaciones para favorecer a las lesbianas que querían ser madres. Ya no se legislaba pensado en el menor, sino en la satisfacción del deseo del adulto. Era una inversión extraordinaria del sujeto a proteger. La figura paterna desaparecía de la necesidad educativa del hijo. La double mother, que permite esta condición a las parejas lesbianas mediante un artículo introducido durante la tramitación de la ley sobre investigación biomédica, es un caso claro de abuso normativo porque lo que se reguló nada tenía que ver con la finalidad de la ley. De esta manera la pareja de una lesbiana puede quedar inscrita en el Registro Civil también como madre sin necesidad de pasar por un proceso de adopción.
La ley sobre el aborto, legislada para proteger a todas las clínicas abortistas después de la sentencia contraria al doctor Morín, y qué ha significado la desaparición literal del ser humano no nacido, que no existe a efectos jurídicos por abortar y carece de toda protección, a pesar de que sí tienen naturaleza jurídica en otros ámbitos, como el de la herencia, creando una contradicción que muestra la incoherencia y la subjetividad que impera en la legislación española.
La edad de emancipación sexual, muy anterior a la mayoría de edad, y que permite relaciones de esta naturaleza, aunque sean adolescentes que carecen de capacidad legal para obrar.
Las comunidades autónomas, muchas de ellas, han competido entre sí para desarrollar legislaciones de ruptura con leyes, que bajo la excusa de proteger a las personas LGBTI, lo que hacen es otorgarles privilegios, como el de la inversión de la carga de la prueba cuando actúan como denunciantes.
El periodo de Gobierno del PP no desarrolló nueva legislación en esta materia, pero hizo algo terriblemente negativo: mantuvo todas estas leyes sin modificarlas, incluida la del aborto, que él mismo recurrió al Tribunal Constitucional y después de una década sigue escandalosamente pendiente de resolución.
La consolidación del Gobierno Sánchez- Iglesias ha significado un nuevo impulso a las leyes de desvinculación y ruptura antropológica. Lo han hecho con la ley que suprime el derecho de los padres a la educación moral y religiosa de sus hijos y establece contenidos ideológicos en la escuela, sobre todo de perspectiva de género y de laicismo,
La eutanasia es otro caso relevante que señalará un antes y después en la concepción de la vida humana, como ya ha hecho el aborto. Mientras que la última iniciativa que estamos considerando, el proyecto de ley trans, lleva a un estadio superior la construcción de una nueva antropología. “A imagen de Dios lo creó varón y mujer” ( Genesis 1,27)
Es toda una amplia estructura institucional construida en unos términos incompatibles con el cristianismo. Esta es la realidad que hay que ver, la verdad que hay que decir.
Todo ello se ve afectado además por 3 problemas de fondo.
El primero es que el actual Gobierno continuará con leyes de este tipo porque son las que cimientan su unidad. Los dos partidos presentan importantes diferencias en la política económica, social, pensiones, política institucional, con el caso más grave de la diferencia sobre la forma de Estado, si república o monarquía, y asumir o no la Constitución; entre muchos aspectos de la política internacional. Pero lo que realmente les une, además del disfrute del poder, son las leyes de ruptura, las que tienen como proyecto transformar al ser humano y la sociedad, desde la perspectiva de la cultura de la desvinculación, que promueve la gran alianza del capitalismo de la globalización liberal no perfeccionista y el progresismo de las políticas del deseo.
El segundo problema es que, mientras las fuerzas de este signo tienen en este tipo de políticas su santo y seña, su ariete y mascarón de proa, para las fuerzas liberal conservadoras tradicionales se trata sólo de un engorro que no deben afrontar, porque para ellas la política trata de “otras cosas”, que es otra forma de decir que el sentido de la vida y del ser humano les importa bien poco.
El tercer problema surge de la visión más visible de la institución eclesial, que no de los católicos. Vive en un estadio que, al menos visto desde fuera, la sitúa entre toda duda y el silencio. Aquella referencia a Jesús, de que “hablaba con autoridad”, anda muy desaparecida. Seguramente es fruto de la voluntad de adoptar una actitud que polarice menos el ambiente en estas cuestiones, sin atender que lo único que consigue con el silencio y una actitud de ponerse de escorzo, es desalentar a los fieles, generar relativismo sobre el valor del Magisterio de la Iglesia, e incentivar el ataque de la Gran Alianza contra ella, el único gran intelectual orgánico cuya visión es totalmente contraria a la ideología de la desvinculación, la perspectiva de género y la cancelación de Dios.
POR FORUM LIBERTAS