La misión de la mujer viene contenida en su propia naturaleza. Su capacidad de incubar la vida en su vientre la hace un ser conciliador y amoroso por excelencia.
- A las mujeres nos ha sido encomendada la misión de “dar la vida”. Es de tal magnitud que tras esta tarea se esconden grandes responsabilidades. Quizás pueda resultar agobiante, pero este mismo hecho puede hacer que la mujer se convierta en el eje de la empresa más importante del ser humano, la familia. ¿Cuál es entonces la misión de la mujer en el matrimonio y en su familia? Aquí propongo cuál es probablemente ese encargo tan valioso que nos ha asignado El Creador y la sociedad misma.
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Es intuitiva por naturaleza
. Es verdad que el matrimonio es un proyecto compartido, y que cada uno de sus miembros tiene una misión propia: el hombre, quizás proteger y proveer, en tanto que la mujer fue dotada para que en su vientre se incube la vida, lo que le otorga una fortaleza adicional, la de sentir y presentir cuando algo no anda bien con sus hijos o con su esposo.
Zenaida Bacardí de Argamasilla, escritora católica, en el poema “Distinta forma”, de su libro Con las alas abiertas, describe estas diferencias del rol masculino y femenino en el amor y la familia; de ahí sobre todo rescato el papel conciliador y afectivo de la mujer. En uno de los versos, con respecto a la intuición y los hijos, anota: “El padre adivina los peligros de la calle y el vértigo en que vive el hijo. Pero la madre adivina la turbación que lleva dentro, la pasión que lo asalta, la tentación que lo deprime ¡y la ola que se lo lleva!”.http://www.autorescatolicos.org/misc12/zanaidacondistintaforma.htm
Qué encargo tan grande, y aun cuando pudiera parecer perturbador, no debe ser así. Sigue esa intuición que te dice que algo está sucediendo y que es el momento de apoyar a los tuyos.
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La mujer sabia edifica su casa
(Proverbios 14:1). Concentrémonos tan solo en esta mitad del versículo, ¿a qué se refieren las sagradas escrituras cuando se habla de una mujer sabia? Basada en mis valores y creencias puedo decir que una mujer sabia no es aquella que tiene una respuesta para todo, porque incluso tiene derecho a sentirse confundida o a equivocarse; sin embargo, su sabiduría puede basarse en la capacidad de ser sensata y ecuánime para actuar en medio de las tormentas de la vida, en la disposición de ir al frente, de guiar, de orientar, y en su gran capacidad de perdón y solidaridad frente a los errores de los suyos.
Una mujer sabia también sabe decir “No” a sus hijos cuando es conveniente, la que con firmeza les transmite los valores que han de regir sus vidas y sin titubeos los corrige ante sus desaciertos; así como también sabe abrazarlos, escucharlos y comprenderlos cuando necesitan su amor y compañía. Ve en este artículo, mujer,por qué el mundo te necesita.
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La vida espiritual de los suyos
. De todo lo encomendado esta es una tarea hermosa, que aunque en muchos hogares está abanderada por el hombre, en la gran mayoría de las familias la mujersumerge a su esposo, y a sus hijos, en una vida más espiritual y conectada con Dios.
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La raíz y el cimiento de su hogar
. De acuerdo con Carlos Cuauhtémoc Sánchez, en su libro La última oportunidad, “La esposa constituye, ni más ni menos, los cimientos de su esposo e hijos, es la energía que mantiene en pie a su hogar, es la savia que nutre a cada uno de sus miembros; si renuncia, el obelisco se viene abajo. La mujer es el tesoro más grande de la tierra, vale mucho, pero no quejándose de su mala suerte ni llorando por la ingratitud de los hombres. Su naturaleza es poderosa, en realidad es el sexo fuerte, es el factor de cambio positivo, es la reserva de amor. Si la mujer se derrumba, se acaba la paz, la moral, los valores. Dios está tomando de la mano a las mujeres que saben darse a respetar, pero que no abandonan el campo de batalla, que se valoran a sí mismas, pero perdonan aunque no haya razones para perdonar”.
Quiero dejar la nota aquí a fin de permitir que cada mujer reflexione acerca de su misión en su matrimonio, en su familia y en la sociedad. Como lo he mencionado varias veces, puede resultar agobiante, pero en realidad no es así, porque esa misión viene contenida en nuestra propia naturaleza y, no obstante que en ocasiones no se acompase con nuestro andar, siempre termina guiando nuestras acciones.
Por Diana Cantor Martínez, FAMILIAS.COM