Por las políticas sobre el aborto y la planificación demográfica a la baja, nuestro país lleva un declive que asusta. Es el peor de los escenarios imaginables, sabiendo que la mayor riqueza de un país es su población; se diría que el Estado no quiere asegurar ningún futuro a la población española, Hoy por primera vez, en 2017, hemos tenido menos nacimientos que muertes.
Parece como si al Estado sólo le interesara darles a los ciudadanos la política falsamente hedonista del placer y disfrute del presente; y el caso es que, no hay mayor realización y mayor felicidad, para la pareja, que el hecho de ser padres y criar a sus hijos. No obstante parece que de ese modo, ahorrándose de paso los incentivos a la procreación, que ha habido en España desde que se acabó la guerra en 1939, justo hasta la llegada de la democracia, hicieran un buen negocio, pero no es verdad: en los últimos treinta años se está gastando el gobierno al menos el doble en la política social para subvencionar a los inmigrantes, que han entrado casi todos de manera ilegal y absorben el 80% de los gastos de la política social. Un escándalo y una humillación a los españoles menos favorecidos.
A medida que las ideologías de la izquierda se han enseñoreado de nuestro país, con su ponzoñoso mensaje falsamente hedonista, porque al final las frustraciones dejan sin esperanza a la persona, se van imponiendo leyes como la actual del aborto libre que
asegura el derecho de la madre a matar a su hijo antes de que nazca. Las dos leyes del aborto, las aprobaron respectivamente los socialistas Felipe González y José Luís Rodríguez Zapatero con el voto en contra exclusivamente de la derecha del PP., cuyo Recurso de Inconstitucionalidad, ¡ocho años después!, todavía está pendiente. O en la que ahora están conspirando todos para que el varón quede degradado, (como protagonista de la horrible sociedad patriarcal que ha existido toda la vida en todo el mundo, hasta ahora) y el feminismo ensalzado. A la vez, que la familia queda destruida por la anarquía total: cualquier emparejamiento vale , menos el de un hombre con una mujer, que es el que ha habido en el 99,3% del género humano hasta hoy.
Todo esto se explica con la situación que hemos tenido desde que hay democracia: Podríamos tener más de tres millones de españoles más, nacidos en estos treinta años si no se produjeran 110.000 abortos anuales (lo que significaría tres millones de inmigrantes menos).
Yo creo que esta sociedad multicultural y multirracial ha sido procurada y auspiciada por los gobiernos del PSOE, a imitación de la política francesa del socialista François Mitterrand, de atraer a los inmigrantes del Norte de África, a fin de contar en un futuro con votantes de izquierda renovados; pues los primeros de 1982 se habían decepcionado ya del paraíso socialista y se habían pasado al centro-derecha. Este objetivo lo acarició también Pujol y por eso encargó a Ángel Colóm que creara la fundación “Nous Catalans” para hacer llegar entre 2012 y 2016 a Cataluña, más de 600.000 magrebíes que tenemos ahora del 1,6 millones de ellos que hay en total en España. A estos políticos sólo les interesó como siempre, la “compra” del voto (El Plan de Empleo Rural, PER, en Andalucía es otro ejemplo). Todo antes que perseguir el bien de la nación, yendo todos los partidos en pro del común objetivo de elevar las cotas de riqueza y convivencia.
Para ir rompiendo esa cohesión necesaria en todo pueblo, desmembraron el país en 17 fragmentos, de forma arbitraria e irregular y condenaron al ostracismo nuestra historia y nuestras instituciones recientes y se declararon enemigos de nuestras costumbres, de nuestras creencias y de nuestra moral…
Sobre el tema, a los que estén interesados en verla, les recomiendo la película “El orfanato” sobre la que en 2007 escribí una reseña. Belén Rueda es la protagonista. En ella verán de qué modo el film se ceba echando paladas de estiércol, sobre la memoria histórica de estas instituciones, que tutelaban a los niños huérfanos o abandonados, y que durante siglos siempre intentaron compensar con sus cuidados el calor amoroso del ambiente familiar, cuidando de esas criaturas rotas por la pérdida de sus padres o por su irresponsable abandono. Sustituidas desde la época democrática por las denominadas “casas de acogida”, nuestras sabias autoridades han roto absolutamente el sistema de adopción, al prolongarla casi indefinidamente con trámites supuestamente garantistas, pero, lo que consiguen en realidad es que al niño lo “prueben” en varias familias y pase por ellas como una mercancía, cada vez más estropeada. Ante esta situación los padres desesperados llevan treinta años yendo a China, a Rusia, a América a buscar su sueño; aunque se tengan que gastar un promedio de 70 a 120 mil euros, con tal de ser padres…¿Cabe mayor ignominia, que estos gobiernos “demócratas”?.
Terrassa, EUSEBIO MURILLO.
Gracias por esta aportación.