El matrimonio se diferencia de las demás relaciones personales por representar la unión completa entre marido y mujer -incluyendo la unión sexual, sentimental, económica, legal, espiritual y parental. El matrimonio no es la ratificación de una relación que ya existe, es el comienzo de una nueva relación entre un hombre y una mujer, que se juran fidelidad, prometen amarse y respetarse, y formar una familia que reciba con los brazos abiertos a los hijos que puedan nacer de esta unión. Esta forma de entender el matrimonio ha predominado en Europa y América desde hace más de dos mil años. El matrimonio nace de la complementariedad biológica, psicológica y social entre hombre y mujer. Normalmente, las mujeres contribuyen al matrimonio con importantes aportaciones y perspectivas, que los hombres generalmente no ofrecen. Asimismo, los hombres contribuyen con sus propias aportaciones y perspectivas que las mujeres generalmente no pueden ofrecer. Este pacto de mutua dependencia y compromiso, solemnizado por un juramento legal, se fortalece por el compromiso a la permanencia que marido y mujer se ofrecen el uno al otro – compromiso de quedarse y nunca huir, especialmente en los momentos más difíciles-.
Matrimonio y bien común: los diez principios de Princeton.
Por Social Trends Institute, Barcelona-Enero de 2007