Tengo un matrimonio amigo muy viejecito, el tiene 92 años, ella poco menos. Todavía pueden vivir solos porqué se valen por si mismos con un poco de ayuda. Hace unos días les fui a visitar con la intención de preguntarles como lo habían hecho para vivir con tal armonía después de tantos años. El había salido para andar un poco, así que pude hablar solo con la esposa.
A mi pregunta respondió: Nos casamos muy enamorados, y a pesar de tener un carácter muy distinto que especialmente al principio nos deparó pequeñas diferencias y enfados, pero el amor siempre lo superó. Recuerdo que a veces pensaba que estaba bien enfadarnos de vez en cuando porqué la reconciliación era tan maravillosa que era como reavivar el fuego del amor o encontrar un tesoro momentáneamente perdido, además nos habíamos prometido no acostarnos nunca sin darnos un beso como muestra de paz.
Nuestras diferencias las discutíamos siempre fuera de casa, íbamos a un restaurante, a un hotel, a la montaña… y con respeto, dialogábamos hasta ponernos de acuerdo. Los dos hemos procurado mantener no tan solo el amor si no también la ilusión en nuestro matrimonio.
Ahora ya no hay desacuerdos, vivimos el uno para el otro, y nos cuidamos mutuamente, muchas veces al día nos decimos te amo y el otro responde yo más, respuesta que nos enseñó un nietecito. Cuando por cualquier motivo estamos separados aun que sea unas horas nos añoramos, deseamos estar juntos, sentados en el sofá con las manos enlazadas oprimiéndolas de vez en cuando para decir sin palabras te quiero y soy feliz.
Al acostarnos sentimos una especial emoción de estar juntos un día más y agradecidos le damos gracias a Dios.
Mi amiga todavía añadió: En una ocasión oí un comentario que nunca olvidaré, decía: El amor es como un triángulo, en los vértices inferiores esta EL y Ella, y en el superior está Dios, cuando más cerca están de Dios más unidos se encuentran.
Me despedí de ella con la intención de transmitir esta vivencia ante tantas separaciones, con la ilusión de que quizás a alguien le encienda el deseo de cultivar el amor para toda la vida.
Mª Rosa Bonals
Es una historia bonita, yo creo en mi familia, el matrimonio más bonito que he conocido es el de mis abuelos, los cuatro. Mis abuelos maternos, con los que trate más, se amaban mucho. Creo que lo mismo puedo decir de mis abuelos paternos. Cuando uno es cristiano entiende que la pareja es una iglesia doméstica cuyo objetivo es llevar a toda la familia al Cielo. Mi vocación creo que es el celibato (más tiempo para Dios), aunque todavía no se concreta en nada. De momento soy laico.