Con frecuencia muchas de las noticias que se emiten en los telediarios son tristes o terribles. Así es, por ejemplo, en el caso de un padre que mata a sus hijos o en el de una madre que los ahoga en la bañera…No hay necesidad de que nos informen de estas barbaridades. Y eso no suele ocurrir un día, sino tres o cuatro seguidos. En cambio hay hechos maravillosos de los que te enteras por casualidad que en un informativo televisivo habrían constituido una noticia preciosa, ejemplar e inolvidable, como una que leí no hace mucho en un periódico.
En un pueblecito de ésos que en invierno quedan aislados completamente por la nieve, una señora que vivía con su hijo se trastornó al comprobar que se le había terminado una medicación imprescindible para poder vivir. El hijo llamó a los pueblos vecinos pidiendo ayuda, pero a causa de la tormenta de nieve nadie le oía. Al fin, en un ayuntamiento pudo ser escuchado y dos jóvenes esquiaron a lo largo de varios kilómetros para llevarle aquella medicación vital. ¿Imaginan ver en televisión a los muchachos esquiando y entregando el paquete a la mujer, que lo recibía llorando de emoción?
Es necesario que se emitan hechos agradables, de amor y solidaridad, ejemplares, pues aunque no lo parezca también existen. Nuestro espíritu, fatigado de tantas noticias negativas, cuando no espantosas, lo agradecerá con alivio.
POR MARÍA ROSA BONALS (BARCELONA)