Este proyecto, con un coste estimado de 10 millones de dólares, ha sido impulsado por la Universidad de Nuevo México y está destinado a proporcionar servicios de aborto a mujeres de El Paso y Texas
En el corazón de Nuevo México, un nuevo proyecto ha suscitado una gran polémica: la construcción de un megacentro de abortos financiado con impuestos.
Este proyecto, con un coste estimado de 10 millones de dólares, ha sido impulsado por la Universidad de Nuevo México y está destinado a proporcionar servicios de aborto a mujeres de El Paso y Texas, donde las restricciones sobre el aborto son más estrictas. El proyecto ha desatado una ola de oposición y movilización comunitaria.
Paralizar el proyecto
Los líderes locales, estatales y nacionales han unido fuerzas para detener la construcción antes de que comience.
Esta oposición se basa en una exitosa estrategia, que funcionó en 2003, en Austin, Texas, donde la construcción de una clínica de Planned Parenthood fue detenida gracias a la negativa de contratistas y pequeñas empresas a participar en el proyecto.
En 2003, Chris Danze ,activista antiaborto, lideró un boicot que detuvo la construcción de una clínica de Planned Parenthood en Texas.
Danze organizó a proveedores y subcontratistas locales, enviando cartas y realizando llamadas para persuadirlos de no trabajar en el proyecto, argumentando que construir la clínica era comparable a construir un campo de concentración.
Fundó la Asociación de Contratistas y Proveedores de Texas para la Vida, logrando que cientos de empresas se unieran al boicot. La presión llevó a que Browning Construction, el contratista principal, abandonara el proyecto, dejando la construcción de la clínica de 6,2 millones de dólares paralizada.
En esta ocasión la población provida ha lanzado una campaña para recolectar firmas y comprometer a empresa y organizaciones locales a no facilitar la construcción del centro de abortos.
Esta petición destaca que cada día de retraso en la construcción del proyecto es un día en que no se están dañando a mujeres ni acabando con vidas inocentes.
Además, se argumenta que este proyecto es un mal negocio para la región fronteriza, afectando negativamente el tejido empresarial y social de Las Cruces y sus alrededores.
El compromiso de los firmantes de la petición incluye no sólo la negativa a participar en la construcción, sino también la exclusión de sus redes de proveedores y contratistas a cualquier empresa que colabore con el proyecto.
Movilización y acción comunitaria
La oposición al abortorio ha llevado a la organización de varios eventos y campañas.
Uno de los más destacados es una campaña de oración de novena de 54 días, que se llevará a cabo del 17 de julio al 8 de septiembre, buscando detener la construcción a través de la fe y la acción conjunta.
Además, el 6 de agosto se celebrará una cena benéfica pro-vida gratuita donde la ex trabajadora de abortos Mayra Rodríguez compartirá su testimonio sobre la agenda detrás del nuevo abortorio planificado.