La adopción: origen

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Desde el partido Familia y Vida defendemos la institución familiar cómo aquella en que sus integrantes consiguen el pleno desarrollo como seres humanos. Muy especialmente defendemos el derecho de cualquier niño a crecer en el seno de su familia. La convención universal sobre los derechos del niño destaca el siguiente texto:

“Reconociendo que el niño, para el pleno y armonioso desarrollo de su personalidad, debe crecer en el seno de la familia, en un ambiente de felicidad, amor y comprensión”

Del texto anterior, se extrae que un niño que crece internado en una institución del estado, por buena que ésta sea, crece privado de uno de sus derechos fundamentales, o de varios, porque crecer privado de una familia conlleva riesgos para la salud psíquica, discriminación y la vulneración del preponderante derecho al interés superior del menor. Ante tal situación el niño tiene derecho a desarrollarse en aquella familia  que entiende como suya.

Lo natural es que un niño crezca en la familia que componen su padre, su madre y sus hermanos, todos ellos unidos por lazos biológicos. Cuando esto no es posible debe de haber un motivo razonado por el cual la familia biológica del niño no puede ocuparse adecuadamente de él, lo que conlleva que al niño haya que buscarle una familia sustituta para hacer frente al reconocimiento de sus derechos. Así aparece la figura de la adopción que, siendo la mejor opción para algunos niños, les obliga a pasar por un proceso que no es el natural. En tal caso, hay que buscar el interés del niño, nunca el de los potenciales adoptantes.

La adopción es, pues, buscar padres para un niño, nunca al revés.

 

Estudioso de los derechos infantiles

2 comentarios en “La adopción: origen”

  1. Miguel Aguilella

    Considero que tenemos que propiciar un cambio radical en la sociedad. Hay que recuperar la dignidad. Todo ser humano concebido ha de ser aceptado. Nuestra sociedad ha de garantizar que todo nacido no deseado tiene derecho a ser acogido en una FAMILIA, para ser querido,. Solo tendremos futuro si recuperamos los valores innegociables que nos permitirán superar la actual crisis que padecemos.

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