La “liberación” del ser humano respecto de los vínculos familiares y de su realidad biológica supone, en realidad, una condena: sin identidad sexuada no hay matrimonio, y sin él no hay familia. Lo que significa que el cuerpo se convierte en un “algo” disponible, sujeto a las leyes del mercado. Esta es la tesis que defiende Margaret Harper McCarthy en un artículo publicado en la revista First Things.
POR ACEPRENSA
FUENTE: FIRST THINGS