Si el gobierno no hubiera reaccionado rápidamente ante la Covid-19, Portugal habría podido sufrir un desastre mucho peor.
El país vecino tiene la proporción de mayores de 80 años más elevada de la UE tan sólo después de Grecia e Italia. El sistema de sanidad portugués no está ni bien equipado ni cuenta con personal suficiente, en buena parte debido a las sucesivas oleadas de emigrantes cualificados.
Portugal cuenta con 4,2 camas de UCI por cada 100.000 habitantes, mientras que España tiene nueve, y Alemania, una treintena.
En efecto, como explica el doctor Ricardo Bautista Leite especializado en enfermedades contagiosas y diputado del partido de oposición de centro-derecha PSD, “debido a la fragilidad de nuestro sistema sanitario, podría haber sido mucho peor que en Italia o España”.
El gobierno socialista portugués no tardó en reaccionar, a diferencia del español. El primer caso de coronavirus en Portugal se detectó el 2 de marzo, un mes después de que en Italia. 30 días preciosos para aprender lecciones que, a diferencia de Madrid, Lisboa aprovechó.
Las manifestaciones públicas ya se habían prohibido en Portugal cuando el gobierno de Sánchez en bloque participó con gran pompa en una concentración de más de 100.000 personas en Madrid el 8 de marzo con motivo del día internacional de la mujer.
En Portugal, las escuelas cerraron el lunes 16 de marzo, cuando sólo había 245 casos detectados. En España se conocían más de 2.000 cuando la mayor parte de gobiernos autonómicos decidieron cerrar las aulas el 12.
El estado de emergencia, por el que el gobierno portugués impuso el confinamiento, llegó el 18 de marzo. El país contaba entonces con menos de 500 casos. España había tomado una medida similar tres días antes, pero en ese momento ya había detectado más de 5.000 infecciones.
El gobierno portugués ha almacenado un millón de tests, y ha efectuado tres veces más de pruebas por millar de habitantes que Francia, el país que gasta más en prestaciones sociales del mundo.
Es cierto que Portugal cuenta con un factor ventajoso inesperado: la geografía. Situarse en el extremo occidental de Europa, tener sólo una frontera terrestre, y contar con una población concentrada en la costa lejos de la zona limítrofe con España han sido factores importantes.
Desde un punto de vista económico, el gobierno portugués ha autorizado, a diferencia del español, la continuación de la mayor parte de actividades económicas. Las fábricas y obras siguen abiertas.
También ha sabido utilizar de forma inteligente la todavía potente industria textil portuguesa, reorientándola hacia la producción masiva de mascarillas y otras piezas de protección. Más de 250 empresas han respondido a la llamada del gobierno. Juntas, suman una capacidad de producción que el sector estima en varios millones de unidades por semana. Más que suficientes para garantizar el autoabastecimiento. De hecho, Portugal espera poder empezar a exportar dentro de poco.
Políticamente hablando, los partidos de la oposición portugueses han firmado una tregua con el gobierno socialista, causando envidia en Madrid.
El sábado 25 de abril, Portugal tenía registrados cerca de 23.000 casos por 220.000 en España, menos de la mitad por millar de habitantes. La proporción de muertes respecto al total de infectados es también prácticamente la mitad de la española.
Quizás el mayor peligro que debe afrontar ahora Portugal es la pérdida de la temporada alta turística. El país depende desmesuradamente de los ingresos del sector, que se espera que este verano bajen más del 60%. Actualmente, más del 19% del PIB portugués se debe al turismo, un porcentaje superior al español en siete puntos porcentuales.
POR FORUM LIBERTAS