Trata al prójimo como quieres que te traten a ti.
Devolver bien por mal.
En la sociedad cualquier ciudadano ha de ser ejemplar, todavía más si es cristiano.
San Ambrosio, amigo de san Agustín, y es una gran lección, comenta: “que enseña a los cristianos la sumisión al poder soberano, a fin de que nadie se permita desobedecer los edictos de un rey de la tierra”