Un español crea un fondo de inversión coherente con la Doctrina Social de la Iglesia. Afirma que no por ser moral deja de ser rentable y que fue recibido con entusiasmo porque “la gente tiene necesidad de trascendencia”
“Hay un mito: si inviertes tu dinero con criterios morales, automáticamente sacrificas rentabilidad. ¡Nada más lejos de la realidad!”. La palabras de Borja Barragán desafían los prejuicios del mercado. Pero él está empeñado en hacerlas realidad. Por eso, acaba de crear un fondo de inversión para colocar capitales en compañías que respeten la doctrina social de la Iglesia. ¿Una contradicción? No, al menos para este joven broker, que dejó el mundo de la alta finanza para apostar por las inversiones con integridad. Y está dispuesto a demostrar que se puede invertir según la propia fe, y ser tan rentable como los otros.
“En Europa hay muy pocas alternativas de lo que nosotros hacemos y se cataloga como Faith Consistent Investment, invertir de una manera coherente con tu fe. Este concepto en Estados Unidos y en el mundo anglosajón lleva mucho tiempo pero en Europa, por razones culturales, ni siquiera ha empezado a despegar”, ha explicado Barragán, en entrevista con Vatican Insider.
La idea le vino en la universidad, cuando compartió cursos con religiosos cuyas instituciones ni siquiera tenían conciencia que invertían parte de sus recursos en compañías cuyos principios o acciones estaban reñidos con la doctrina católica. El principal problema estaba en la ausencia de buenos asesores.
Fue así como cayó en la cuenta que los “inversores católicos” no tenían una oferta de productos financieros que les permitiesen invertir con tranquilidad y según sus propios valores. Desde sus tiempos de estudiante de Administración y Dirección de Empresas en la Pontificia Universidad de Comillas, comenzó a hacer prácticas en banca de inversión. Con el tiempo llegó incluso a hacer carrera a nivel comercial. Mientras tanto se quebraba la cabeza: ¿Es factible invertir en católico y ser rentable?
Con esa convicción creó Altum Faithful Investing. Un “bicho especial”, según él mismo reconoce. Que basa su acción en cuatro pilares que los mercados tradicionales jamás tomarían como variables: La promoción de la dignidad humana, de la vida, de la familia y el cuidado del medio ambiente. “Analizamos a las compañías para ver si siguen estos cuatro pilares, siempre buscando invertir para obtener rentabilidad”, explicó Barragán.
Sostuvo que la mayoría de los “fondos éticos” sólo aplican criterios de inversión excluyentes, por ejemplo rechazando de plano el tabaco, el alcohol, etc. En cambio, él aseguró tener una “mirada distinta” y buscar empresas que pongan la economía “al servicio de la persona”. Porque todo tiene su truco.
“Queremos dar una vuelta de tuerca y aplicar el sentido común: ¿por qué no invertiríamos en una empresa de vinos? En este caso, lo que es punible no es el acto de producir vino sino que las compañías instiguen comportamientos adictivos en los consumidores. Hasta ese punto queremos llegar para conocer si, por ejemplo, la campaña de marketing de una empresa promueve un consumo responsable o indiscriminado. Aquí el fin no justifica los medios. El fin, que es obtener un beneficio legítimo, no justifica cómo lo hagamos”, añadió.
Pero el bróker quiso ir más allá. Puso como política inderogable de su empresa que el 100 por ciento de los recursos asesorados cumplan la doctrina social de la Iglesia. No valen consultorías a mitad. “Queremos ser coherentes 100 por ciento, creemos que esto es la manera correcta de vivir nuestra fe a la hora de invertir”, insistió. Además, se aseguró que la totalidad de los beneficios distribuibles de Altum sean dedicados a proyectos de evangelización, con tres sectores principales: la oración, la misión y la promoción de vocaciones.
Hasta ahora, la compañía ha financiado una película sobre el perdón cristiano (“El mayor regalo” del director Juan Manuel Cotelo), un orfanato de las Hermanas Franciscanas Misioneras de María en Dakar (Senegal) y el proyecto de regreso de los cristianos a la Llanura del Nínive (Irak) promovido por la fundación pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada.
“Existen algunos fondos para los cuales el ticket mínimo era alto y por eso parecía que, para invertir en católico, era necesario ser rico y yo quería huir de eso. Católico es igual a universal y universal es accesible para todos”, constató Barragán. De allí nació la idea de Altum Faith-consistent Equity, un fondo en el cual se puede invertir desde 100 euros en adelante.
Lanzado en mayo último, ha recibido una primera ola de respuesta entusiasta. Para su creador, esto se debe a que “la gente tiene necesidad de trascendencia” y, por sus productos, quienes creen “tienen mayor libertad de poder elegir el bien”. Pero el principal reto es mantener alta la atención, porque las reglas son iguales para todos los que operan en España, como él, registrados ante la Comisión Nacional del Mercado de Valores.
Barragán sabe que la clave de todo es ser rentable en un mundo “que se debe tomar con pinzas”. Como constató el reciente documento publicado por la Congregación para la Doctrina de la Fe “Oeconomicae et pecuniariae quaestiones. Consideraciones para un discernimiento ético sobre algunos aspectos del actual sistema económico y financiero” (17.05.2018).
Según él, este texto demuestra que la economía está comenzando a cobrar importancia en el mundo eclesiástico y aseguró que está “bien asesorado”, sobre todo cuando “le saca tarjeta roja” a la búsqueda exclusiva del beneficio como guía única de la ingeniería financiera.
“Denuncia la falta de ética a la hora de conducir la acción financiera, donde se ha sustituido la ética por la codicia, y eso ha sido a nivel global. Esto porque no ha habido una regulación, unos líderes bancarios o comités éticos dentro de los bancos que pusiesen un freno. Nos da un buen tirón de oreja a todos para que seamos conscientes de aspectos inmorales que dañan a los mercados financieros”, recordó.
Consideró que el problema de los fraudes y las crisis provocadas desde el mundo financiero depende sobre todo de las personas que se dejan guiar por la codicia.
“El dinero puede dar un buen servicio pero es muy mal señor, ante él se ve dónde está tu corazón. Cuesta porque tenemos muy metido en nuestro ADN que el dinero es un fin y da igual cómo se obtenga, pero tenemos que tener dinero. A ojos de la sociedad aquel que tiene más dinero, es quien tiene más éxito, no importa cómo lo haya obtenido. La visión de Altum es exactamente contraria, que el fin no justifica los medios”, dijo.
Y abundó: “A final de cuentas cada uno de nosotros debe asumir su propia responsabilidad. Tu manera de consumir, tu manera de invertir va a marcar la diferencia. Va a ser la manera de dar testimonio de aquello en lo que crees”.
POR FORUMLIBERTAS.COM ECONOMIA
¿ES FACTIBLE INVERTIR EN CATÓLICO Y SER RENTABLE?
La promoción de la dignidad humana, de la vida, de la familia y el cuidado del medio ambiente. “Analizamos a las compañías para ver si siguen estos cuatro pilares, siempre buscando invertir para obtener rentabilidad”,