San Agustín ciudadano del Imperio Romano y Obispo de Hipona (354-430) d.C.
Expuso un celebre pensamiento vigente en el S.XXI la incompatibilidad entre la Iglesia y la ideología gnóstica y que no todos comprendemos:
“Dos amores edificaron dos ciudades: el amor a sí mismo hasta el desprecio de Dios edificó la ciudad terrena; el amor de Dios hasta el desprecio de sí mismo, la celestial”
La práctica de las virtudes cristianas, le llevo a escribir – compendio las cuatro virtudes cardinales-:
“En esta vida la virtud no es otra que amar aquello que se debe amar. Elegirlo es prudencia: no separarse de ella a pesar de las molestias es fortaleza; a pesar de los incentivos , es templanza; a pesar de la soberbia, es justicia“. S. Agustín
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