Nuevo impulso a la elección de escuela en EE.UU.

 

En el último año se han puesto en marcha en distintos estados norteamericanos más iniciativas para facilitar a las familias que elijan escuela. Algunas son totalmente nuevas; otras amplían programas que ya estaban en funcionamiento.

Además del clásico cheque escolar, que no está muy extendido y suele limitarse a determinadas zonas y familias, y de las charter schools, que son escuelas públicas de gestión privada, desde la segunda década del siglo se han adoptado otras fórmulas.

La que más ha prosperado es la llamada cuenta de ahorro educativo (education savings account, o ESA). Como el cheque, pone en manos de los padres el dinero –generalmente no todo– que el estado gasta en una plaza escolar en la red pública. Pero en vez de destinarlo a pagar el colegio que cada familia elija, lo ingresa en una cuenta para gastos en educación que ella administra como mejor le parece. Así, los padres pueden emplear los fondos para costear una plaza en una escuela privada, o bien para clases particulares, enseñanzas complementarias, etc.

También se han ideado desgravaciones fiscales por contribuir a la dotación de becas para estudiar en escuelas privadas. Uno de estos programas es el que se empezó a aplicar en Montana y llegó al Tribunal Supremo federal porque el estado no permitía emplear las becas en colegios confesionales. El Supremo declaró inconstitucional esa restricción.

Esta fórmula, que se suele conocer como tax-credit scholarships, está en vigor en 16 estados. Se aplica preferentemente a alumnos con necesidades educativas especiales, para que puedan acudir a un centro que les dé la atención que precisan pero no encuentran en la red pública.

Cuatro medidas recientes

Entre los programas aprobados en el último año, cuatro son del pasado mes de marzo.

A finales de mes, el gobernador de Virginia Occidental firmó la ley que crea las primeras ESA del estado. Es el programa de este tipo más amplio de Estados Unidos. En la primera fase, que comenzará en 2022, podrán optar a una cuenta todas las familias de los alumnos ya matriculados en la enseñanza pública o que vayan a entrar en ella para empezar la educación infantil, sin límite de número. A partir de 2026, el programa se abrirá a alumnos de escuelas privadas, pero en el caso de estos sí habrá un cupo: no podrán pasar del 5% de la población escolar del estado. Cada familia recibirá el equivalente del costo medio de un puesto escolar público, que actualmente está en unos 4.600 dólares anuales.

También en marzo, se aprobó en Kentucky un nuevo programa de becas financiadas con donaciones desgravables. En este caso, el gobernador, demócrata, vetó la ley; pero el parlamento del estado anuló el veto gracias a la amplia mayoría a favor de la medida. Las becas están destinadas a familias de clase media o baja, que no superen determinado tope de ingresos. Podrán emplearlas en escuelas privadas o en tutorías de refuerzo o complementarias. La ley permite también cambiar de distrito escolar, si en el propio los padres no encuentran un colegio de su gusto.

En el mismo mes se adoptaron dos ampliaciones de fórmulas ya existentes para elegir escuela. Georgia aumentó la dotación para los cheques escolares que ofrece a alumnos con necesidades educativas especiales. Y Dakota del Sur decidió extender a los alumnos de escuelas privadas las tax-credit scholarships.

Proyectos en el telar

Hay más medidas similares en trámite parlamentario. Las Cámaras de Representantes de otros dos estados, Indiana y Misuri, votaron a favor de crear las cuentas de ahorro educativo. En Arizona, que fue el primer estado en instaurarlas, en el año 2011, el Senado aprobó un proyecto de ley para ampliarlas, y otro para aumentar las becas dotadas con donaciones desgravables.

Antes, en 2020, Utah promulgó su segundo programa de elección de escuela: unas becas para acudir a alguna de las escuelas privadas del estado que ofrecen educación especial. Han comenzado a concederse este año. El monto es el equivalente del 98% del coste del puesto escolar público.

La resistencia a reabrir colegios públicos durante la pandemia ha avivado el interés por las fórmulas de elección de escuela

En Tennessee iba a comenzar este curso un programa piloto para ensayar el primer cheque escolar del estado. Se aplicaría en los dos distritos más poblados y ofrecería a cada familia beneficiaria el equivalente de hasta el 83% del coste de un puesto escolar público. El dinero se podría emplear en la matrícula de una escuela privada y en servicios educativos complementarios. Pero el programa fue recurrido en los tribunales y está suspendido hasta que resuelvan los jueces.

Más deseos de elegir

Iniciativas como estas se han ido adoptando desde principios de siglo, hasta hacer un total de 65, repartidas en 28 estados más el Distrito de Columbia. En este año se han presentado en los parlamentos cerca de 50 en 30 estados, según el recuento del Wall Street Journal. El deseo de elegir escuela, en vez de resignarse a la que toque, se ha extendido entre las familias modestas o de clase media. Las menos favorecidas, en particular, sufren a causa de los colegios públicos de mala calidad que predominan en los barrios deprimidos que habitan. Las charter schools y estas otras fórmulas les ofrecen una salida.

En contra están parte de los políticos, principalmente demócratas, y sobre todo los sindicatos de profesores de colegios estatales. Para estos, dar a los padres la posibilidad de elegir escuela supone quitar recursos a la enseñanza pública. No siempre es así, pero en todo caso, el trasvase no se daría si los centros públicos no generasen descontentos. Y los descontentos son muchos más este año de pandemia, a causa de la resistencia de los sindicatos a que se reabran las escuelas públicas, mientras las privadas están en funcionamiento, claro que con las debidas precauciones contra el covid-19.

Así, la postura sindical ha avivado entre la gente el apetito de elegir escuela, y ha desencadenado el reciente alud de proyectos en los estados.

Nuevo impulso a la elección de escuela en EE.UU.

POR RAFAEL SERRANO PARA ACEPRENSA

 

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